La Asociación Etnográfica Artea, como organizadora en las dos primeras ediciones tratando de marcar una forma de entender el Mercado, con artesanos trabajando en sus puestos y no solamente vendiendo, y colaboradora activa en las restantes, en esta ocasión se mostraron los oficios de abarquero, cestero y el de talla en madera.

Se puso en marcha la fragua, trabajando un auténtico herrero en su interior. El sonido del martillo sobre el yunque atrajo durante todo el día a una procesión de curiosos por ver el trabajo ruidoso que estaba realizando.

Llamó la atención de los viandantes la fabricación de fideos y macarrones y el ímpetu que ponían algunas de las artesanas para realizar este trabajo.

También se calentó el horno de leña, colocado en el exterior de la fragua y de él salieron txoripanes y panes cocidos, manzanas y peras asadas.