El 11 de Diciembre, con gran concurrencia de público, se realizó una txarriboda en el Museo.

Un cerdo llegó por su propio pié, acompañado de un burro cargado de helechos y un gato para hacer la prueba de la triquinosis. Pero se quedaron en el exterior. En el interior, se procedió al despiece de otro cerdo, que llegó muerto y con todas las bendiciones sanitarias. El matarife iba según iba despiezando el cerdo ilustraba a los presentes mostrando las diferentes partes del animal, todo comestible.


Seguidamente unas etxekoandres procedían a la elaboración de morcillas y chorizos y la fritura del txitxiki, para, a continuación, proceder a la degustación de estos productos.


Un grupo de trikitixa – profesionales y alumnos- amenizó el acto.